sábado, 19 de enero de 2008

Los Hurones 2006

Imaginen que es invierno, y que le ofrecen pasar unos días en un pueblo de treinta y dos viviendas abandonadas en mitad de la sierra, junto a un gran lago. ¿De película no? Pues así nos sentíamos el 6 de Diciembre de 2006, cuando nos dirigíamos en tres coches al Charco de los Hurones.


Juanan fue el dueño de la idea, y la verdad es que valió la pena. Los viajantes que pudieron vivir esta experiencia fueron Celu, Kike, Abel, Manu, Juanan, Fany, Maribel y Raúl. Salimos temprano de Jerez y partimos a la aventura.

Tras casi 1 hora y media de camino unos serpenteantes carriles nos llevaron a una montaña de espesa vegetación, y un poco más tarde ya nos encontrábamos abajo de la presa. El sol de la mañana nos mostraba sus maravillosas vistas desde arriba. No había mucha gente, tan solo nosotros, los del bar y algunos viajeros que llegan hasta allí para estar unas horas disfrutando del entorno.

La vivienda estaba muy bien, tenía tres habitaciones, una de matrimonio, una doble y otra con dos literas. Ocho plazas para ocho personas. Tuvimos que limpiar la casa de arriba a abajo debido al tiempo que hacía que no vivía nadie. Tiempo que era mucho según nos indicaban las negras aguas que salían de la ducha.

Con la caída de la noche en aquel lugar no quedó ni un alma. Y menos mal, porque si hubiésemos visto alguna cuando subimos al colegio de monjas... En fin, un sitio perfecto para desconectar de la realidad y encontrar la paz. Fue un buen puente de la Inmaculada , y nuestra primera toma de contacto con aquel sitio.

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